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Libro

Arte y tecnosfera, Josu Larrañaga, José E. Mateo, Jaime Munnáriz, Daniel Villegas (Eds.), Brumaria, Madrid, 2019

 

Reseña de Carlos T. Mori

cuaderno de notas

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La cultura actual se basa en los cambios tecnológicos. Esta red de tecnologías de la humanidad se ha agrupado bajo el término de tecnosfera. Abarca campos como la nanotecnología o el cambio social, así como la práctica artística. En el ambicioso libro colectivo, Arte y tecnosfera, se analizan y plantean proyectos centrados en hilvanar las urdimbres que se dan entre ambos. Una indagación crítica sobre las aportaciones más significativas del arte en la cultura globalizada, mediática y tecnológica.

 

Today’s culture is based on technological changes. This network of technologies of humanity has been grouped under the term technosphere. It covers fields such as nanotechnology or social change, as well as artistic practice. In the ambitious collective book, Arte y tecnosfera, projects focused on weaving the warps that exist between the two are analyzed and proposed. A critical inquiry into the most significant contributions of art in globalized, media and technological culture.

La vida ha sido digitalizada. Al menos sus presencias. Todo rastro sonoro, visual o textual está en proceso o ha sido transformado en ceros y unos. Lo nuevo ya nace codificado. Cualquier ente o acción es digital e inmediatamente puesto en circulación a través de las redes que enmarañan la esfera terráquea. Tanto éstas como el resto de elementos tecnológicos —mecánicos, electrónicos e, incluso, químicos y biológicos artificiales— configuran una nueva capa terrestre, es la denominada tecnosfera. Aunque sería una subsidiaria de la noosfera, no se ha de confundir con ionosfera, geosfera, biosfera, litosfera, hidrosfera y demás esferas, diferentes capas (o componentes) en los que se ha ido dividiendo el globo terráqueo para estudiarlo. Un término utilizado en 1978 por Friedrich Rapp que ha sido recuperado en 2014 por Peter Haff desde las ciencias geológicas en relación con el Antropoceno. La tecnosfera trata de la actividad humana y a sus intervenciones en lo social, lo económico, político y cultural a través de diferentes tecnologías. Lo artificial que entronca con el resto de esferas. 

 

Bloques permeables

 

Como ejemplo de artificialidad más inherente al ser humano se encuentra el arte y es el caso del que trata el libro colectivo Arte y tecnosfera, coordinado editorialmente por Josu Larrañaga, José Enrique Mateo, Jaime Munárriz y Daniel Villegas y editado por Brumaria en 2019. Diecinueve artículos, de otros tantos autores, que desgranan poliédricamente esta compleja relación. Para ser operativo, su estructura se ha dividido en seis bloques, cada uno titulado en inglés según los mensajes propios de procesos computacionales (partiendo del arranque continua con la carga, el error del sistema, el permiso de acceso, la advertencia de privacidad o la negación a volver a mostrar mensajes). Un desarrollo informático que funciona como metáfora holística de contenidos heterogéneos en torno al arte y su relación con las tecnologías actuales, no solo las digitales (aunque haya mucho de eso).

 

El arranque, bloque Boot, es ejecutado por Josu Larrañaga, introduciendo tanto los temas a tratar como las transformaciones y conflictos de este novedoso panorama. Desde las interacciones con la tecnología, sobretodo con Internet, hasta sus errores. Trata así de economía y sociedad en sus contradicciones generadas en el pensamiento humano. Las novedades, las modificaciones de comportamiento y, sobre todo, el desarrollo de diversos aspectos del valor del arte, que traspasan los criterios populares de legitimación del mismo, son reflexionados a través de este prolijo texto.

 

El bloque siguiente, el del entono de carga o del ambiente cargado, Loading environment, explora las prácticas artísticas que relacionan la capa contextual de la tecnosfera. Bárbara Fluxá, Santiago Morilla, Silvina Valesini y Nacho Rodríguez manejan contenidos de eventos ambientales y humanos a partir de centros de datos, tomando como modelo los requisitos de vida. En él se encuentran teorías científicas sobre la naturaleza, la geolocalización, el Big Data, la realidad aumentada y las telas de araña aplicadas al arte. Hilos que conectan a cualquier ser vivo.

 

El error del sistema tecnosférico ya aparece en el tercer bloque, System error, en el que participan Rut Martín Hernández, Daniel Lupión y Miguel Alfonso Bouhaben. Falla desde la que se propagan diferentes «virus» sociopolíticos mediados por soportes tecnológicos, tanto de accionismo como de artivismo, las emancipaciones sociales y las realidades trans. A medida que las situaciones sociopolíticas iban siendo tratadas por distintos artistas los espacios públicos se hicieron propicios para sus prácticas. Como espacio público fueron asumidos por el arte tecnológico los medios de comunicación, comenzando con el media-art y evolucionando en sus diferentes etapas de diseminación digital. El crecimiento de las redes sociales ha permitido un nuevo tipo de manifestación crítica, de defensa de los derechos humanos y de cambio social.

 

Tras sobrepasar la fase de conflicto, se accede al cuarto bloque, Allow Access. Linarejos Moreno, Tania Castellano San Jacinto y Lidia Benavides aportan criterios, tanto del pasado como actuales, sobre el arte en expansión hacia las múltiples disciplinas de la ciencia. Cultura de nuevas tecnologías y cultura visual desplegadas a modo de iluminaciones del conocimiento científico en el sistema del arte. Van apareciendo aquí desde las prácticas ineficaces en bucle infinito hasta sus versiones más inmateriales. 

 

Analizando obras en las que intervienen las interacciones humanas y biológicas se despliega el quinto bloque, Your connection is not private, que se procesa con aportaciones de Lara Sánchez Coterón, Ana Iribas Rudín, Jaime Munárriz Ortiz, Loreto Alonso y Luis Garciga. En éste los usuarios interaccionan con una variedad de propuestas más allá de la pantalla, a partir del acto de conectar y conectarse a la máquina desde distintos campos de la biotecnología y la comunicación. Una conectividad múltiple y compleja que expande la realidad, en la que las identidades y los datos personales son difundidos a favor del sistema.

 

Concluye, este enciclopédico tratado sobre la tecnosfera, con un análisis global desgranando alegóricamente el tríptico de El Bosco El jardín de las de Delicias. A través de distintas aportaciones de José Enrique Mateo León, Laura de la Colina y Daniel Villegas acuñan un sexto bloque denominado Do not show the message again. Sin ánimo de ser reiterativos, acercan a la cotidianidad de la tecnosfera en sus relaciones con el arte, y viceversa. Muestran los ánimos latentes de esta idealizada esfera bajo el prisma de la «souvenirización» del arte, las emociones, los conflictos y la violencia. Desde el Edén al Infierno pasando por el jardín de la vida.

Seis bloques permeables activados por una columna de procesos informáticos que, cuando se introducen sus títulos en Google, dan como respuesta los típicos «errores internos de escritorio remoto». 

 

Environement, system, access, connection, message

 

Este volumen es una indagación crítica sobre la cultura globalizada, mediática y tecnológica, analizadas a través de la teoría y práctica del arte desde diferentes ámbitos de la tecnosfera. Como se ha podido comprobar, la tecnosfera es el prisma a través del cual se puede observar el actual régimen escópico, basado en una cultura digital con superabundancia de producción. Las tecnologías del capitalismo imperante van ocupando y disolviendo la biosfera, pero el arte o las soluciones que plantea, desde distintas posturas de conocimiento y expresión, tratan de negociar la convivencia humana en esta compleja esfera. La gran pregunta es ¿a dónde nos llevará esto? Quizá a una situación largamente especulada a través de la ciencia ficción, aún extraña e inexplorada, cuando en la tecnosfera se de una consciencia autónoma de inteligencia artificial. Aunque, en los recientes primeros intentos se ha solucionado tirando del cable, desconectando las IA a tiempo. A un así, las prácticas artísticas que se benefician de la expansión de sus procesos, aparentemente sin subordinarse a las tecnologías, pero que, en el fondo, son conscientes de que toda experiencia y vía de autoexpresión ahora mismo están mediadas por la interfaz. Es un modo de ser y estar en la realidad actual. No obstante, ¿qué pasara cuando consigan que nos tranquilicemos para liberar las IA? El pánico aparecerá cuando nuestro hacer y entorno no cumplan con los criterios definidos por un administrador proveniente de la tecnosfera y deniegue sistemáticamente cualquier acceso. ¿Es entonces cuando la tecnosfera nacida de la actividad humana controlará la humanidad? ¿No está sucediendo ya?

 

«Any connect. Your environment does not meet the access criteria».

BIO

Valladolid, 1970. Artista visual, comisario e investigador sobre arte contemporáneo y audiovisual doméstico. Doctor en Bellas Artes, licenciado en Bellas Artes y en Comunicación Audiovisual y profesor ayudante doctor en la Universidad de Salamanca. Ha publicado en diversas revistas especializadas, como Acción Paralela (su texto «Video Domestico y Bricolaje Electrónico», 1999, ha sido referencia bibliográfica básica para multitud de estudios sobre vídeo arte). Ha comisariado, entre otras, las exposiciones «La luz y la furia», Rubén Rodrigo, DA2 (Salamanca, 2018); «Hacia el fin de la tranquilidad. Memoria colectiva de 1999 a 2008 en el vídeo de la colección del CA2M», EACC (Castellón, 2018); «Hogar, dulce hogar», MUSAC (León, 2015); «La Casa. Una revisión de la Colección Coca-Cola y la colección del Ayuntamiento de Salamanca», DA2 (Salamanca, 2015); «Vídeo doméstico de artistas», DA2, (Salamanca, 2013-2015); la muestra internacional «Caras B de la Historia del Video Arte en España» (Tailandia, Corea, Australia, República Checa, Senegal, Alemania y Honduras, 2011-2014). Ha gestionado la colección del Centro de Fotografía de la Universidad de Salamanca (2001-2005). Como Carlos TMori, y con más de 25 años de trayectoria artística, es conocido por su extensa producción como videoartista. Ha expuesto individualmente en Museo Patio Herreriano, Valladolid, DA2, Salamanca o Tabacalera, Madrid, en galerías y espacios alternativos, además de colectivas nacionales e internacionales. Se han organizado dos retrospectivas de su trabajo, en Casa de América (2002) y en Museo Patio Herreriano (2012).

Más en https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_TMori

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