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Conclusiones

      Al valorar de qué modo las prácticas artísticas podrían poner en cuestión la lógica depredadora
de la naturaleza del capitalismo, hemos tomado en consideración las obras de Iza Páez y de Daniela

Moreno Wray como sendas posibles para expresar la esencia de la Pacha Mama.Teniendo en cuenta que el modus operandi del modelo económico-político del capitalismo neoliberal está forzando una crisis ecológica sin precedentes, resulta imprescindible poner freno a esta barbarie.Y, sin duda, las prácticas artísticas pueden conformar experiencias que, al menos, movilicen conciencias.

      Si bien es cierto que ambas obras revelan contradicciones respecto al uso de materiales tecnológicos ya que, como señala Thomas McEvilley (1984), el material con el que se trabaja determina el contenido de la obra y, en ambos casos, el material tecnológico es resultado de la producción capitalista; no es menos cierto que ambas propuestas entretejen posibilidades formales creativas y novedosas ligadas a la defensa andina de la Pacha Mama a la vez que promueven un arte de la alteridad y de la resistencia frente a la colonización económica. Es decir, si bien es cierto que ambas propuestas nos sitúan en la difícil problemática que intersecta una finalidad política anticapitalista con una realidad ontológica de los materiales propiamente capitalistas y nos localiza en la tensión entre protesta y espectáculo donde todo está atravesado por la ley mercantil de la equivalencia (Rancière, 2010); también hay que poner en valor el carácter de renovación y reconstrucción de ambas obras tecno-artísticas. Como apunta Roy Ascott: “hoy, buscamos un arte que construya nuevas realidades, y no un arte que represente un mundo preordenado, finito y artificial. Más que limitarse a embellecer el mundo y contribuir a su ornamentación, el artista de la cibercultura busca intervenir en su renovación y reconstrucción” (1994, p.39).

      A pesar de estas tensiones, Madre y Transmestizx son obras sumamente interesantes en
tanto que configuran dispositivos que presentan la posibilidad de una vuelta a la vida en armonía con la naturaleza y como forma de paliar la catástrofe humana en la era del Antropoceno. Una vida donde la naturaleza no se convierta en una mercancía y donde se valoren los saberes indígenas precolombinos como otras epistemologías posibles frente a la unicidad del desarrollismo occidental. Dewey (2008) afirmaba que en las prácticas mágico-religiosas de los pueblos indígenas se encuentran procesos similares al arte y, por ello, pueden ser un referente sumamente sugestivo para concebir proyectos artísticos. En este sentido, los principios de la relacionalidad espacial y de la ciclicidad temporal que hemos aplicado a la lectura de Madre y Trasmestizx suponen un dialogo ínter-estético sugestivo, creativo y éticamente comprometido con la naturaleza que promueve un arte colectivo, abierto y plurimedial.

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